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Accompaniment Media

De la detención de ICE a la cuarentena en una sinagoga de East Bay

POR RACHELE KANIGEL

Publicado en el periódico J Weekly

14 de mayo de 2020

Como la mayoría de las personas en California, Luis está en cuarentena. Se pasa las horas escuchando música en español y navegando por sitios web en un viejo celular prestado. Pero en lugar de estar en casa, el inmigrante hondureño pasa sus días en la planta baja de un centro religioso cerrado por una pandemia, la Sinagoga Comunitaria Kehilla en Piedmont.

A los 63 años, Luis, que por su caso legal solo se identifica aquí por su primer nombre, ha vivido en los Estados Unidos durante más de 30 años. Recientemente fue liberado de un centro de detención de ICE cerca de Bakersfield, donde estuvo encarcelado durante seis meses. Ha estado en cuarentena en Kehilla desde el 1 de mayo.

Cada uno o dos días, un voluntario enmascarado del Comité de Inmigración de la sinagoga le entrega comida casera y algunos víveres. A veces Luis escucha los sonidos de un janitor limpiando en algún lugar de la sinagoga. Pero sobre todo está solo en el edificio vacío, feliz por la paz y tranquilidad.

“Es tranquilo en el templo”, dijo en español a través de una voluntaria de la sinagoga que actúa como intérprete. “En los primeros días cuando salí de la detención, no podía dormir; estaba tan emocionado. Incluso ahora no puedo creer que estoy en libertad”.

Durante la pandemia de coronavirus, las condiciones han sido especialmente graves para los inmigrantes en los centros de detención de ICE, los cuales han sido criticados por condiciones inadecuadas, con demasiada gente toda amontonada y falta de higiene apropiada. El 7 de mayo, un hombre salvadoreño de 57 años fue la la primera persona detenida en un centro de detención de ICE en Estados Unidos que falleció del coronavirus. Según ICE, al menos 943 inmigrantes detenidos en 20 estados han padecido del virus, y activistas para los derechos de inmigrantes creen que es solo cuestión de tiempo hasta que un brote grande de la enfermedad amenace más vidas.

Luis no tenía un hogar y fue encarcelado en octubre después de que agentes de ICE lo encontraron durmiendo en su automóvil en un estacionamiento de Target. La primera vez que escuchó sobre la pandemia de coronavirus fue en el noticiero en la televisión en español en el centro de detención. “Estábamos aterrorizados de que una persona se contagiara y luego se nos pasara a todos. Pensábamos que todos nos íbamos a morir”, dijo.

En una pandemia, los centros de detención son la peor pesadilla de un funcionario de salud pública; mantener una distancia de 6 pies entre cada persona es prácticamente imposible. En la centro de detención de ICE de Mesa Verde donde Luis fue encarcelado, los detenidos viven en grandes dormitorios con literas espaciadas de 2 a 3 pies de distancia, según informes de noticias recientes. Hasta 100 personas viven en un solo bloque y cientos comen juntos en un comedor común.

En abril, cuando empezaron a salir informes de las condiciones antihigiénicas, activistas se reunieron fuera del centro de detención. Cuando Luis salió al patio, pudo escuchar a las personas fuera de las instalaciones gritando: “Libertad”. Los detenidos gritaron en respuesta y se reunieron en forma de corazón mientras una avioneta no tripulada (dron) voló sobre ellos grabando la escena.

Las personas encarceladas en el centro de detención organizaron una huelga de hambre y exigieron que la instalación ofrezca suministros de higiene como jabones y máscaras. Luis participó en la huelga de hambre durante un día y medio, pero finalmente tuvo que pararlo porque estaba tomando medicamentos que tenían que tomarse con alimentos.

Ahora, tal vez en respuesta a las protestas y los esfuerzos legales para liberar a los detenidos, ICE está liberando unas cuantas personas que son particularmente vulnerables al virus.

Debido a su edad y porque padece de varias condiciones médicas crónicas, Luis fue aprobado para su liberación, pero necesitaba un lugar donde pudiera poner en cuarentena durante al menos 14 días.

Julie Litwin, presidenta del Comité en Apoyo a Inmigrantes de Kehilla, escuchó sobre la situación de Luis y se acercó al liderazgo de Kehilla. La sinagoga estaba lista; Recientemente había convertido un almacén en una habitación para invitados con baño privado con la intención de ayudar a los inmigrantes necesitados.

“Este es un momento en que es posible hacer algo relativamente sencillo que podria salvar una vida”, dijo Litwin. “Si una persona detenida cuenta con una oferta de hospedaje para estar en cuarentena por un corto período de tiempo, aumenta la posibilidad de que pueda ser liberada de una situación peligrosa, donde podría morir si hay un brote de coronavirus”.

Litwin, de 64 años, ha estado defendiendo la dignidad de los inmigrantes durante la mayor parte de su vida, primero como enfermera y partera que trabajaba con familias de trabajadores del campo en la costa central, luego en un hospital del condado y ahora como activista.

“Como una persona judía, este trabajo es muy importante para mí debido a nuestra historia y cultura; Hemos sido inmigrantes a diferentes países desde los tiempos bíblicos ”, dijo. “Nuestra seguridad y nuestras vidas y la sobrevivencia de nuestro pueblo no habría sucedido si no hubiera personas que nos apoyaron y que nos hospedaron en los momentos más duros. Eso es algo que llevo en mi corazón “.

Kehilla tiene una larga historia de apoyar a los inmigrantes. En 1985, la sinagoga se declaró una Congregación de Santuario y se convirtió en participante del East Bay Sanctuary Covenant, una red de comunidades religiosas dedicadas a ayudar a los refugiados a escapar de los escuadrones de la muerte en El Salvador. Desde entonces, la congregación ha defendido los derechos de los inmigrantes. En los últimos años, varios miembros han abierto sus hogares y ofrecido su tiempo y apoyo a refugiados y solicitantes de asilo.

“Estamos haciendo esto porque es una obligación moral”, dijo el director ejecutivo de Kehilla, Michael Saxe-Taller. “Nuestros valores nos llaman a hacerlo. Nosotros como congregación hemos tomado una posición muy fuerte en apoyo de los inmigrantes y refugiados. Cuando llegó esta solicitud, estaba claro que lo que está sucediendo es completamente injusto y si tuviéramos la oportunidad de hacer algo al respecto, deberíamos hacerlo “.

Un grupo de defensores de inmigrantes está trabajando para encontrarle a Luis un hogar más permanente en el área de Sacramento, donde la persona que le empleaba anteriormente en un restaurante Jack in the Box acordó devolverle su trabajo, esta vez con más horas para que pueda pagar una renta. Permanecerá en monitoreo electrónico con ICE, con un dispositivo de GPS abrochado alrededor de su tobillo, mientras continúa luchando contra su caso de inmigración.

Luis, que nunca había oído hablar del judaísmo antes de venir a Kehilla, dijo que espera visitar una sinagoga una vez que se haya instalado en su nuevo hogar.

“Para decir la verdad, no tengo ninguna idea de qué es el judaísmo”, dijo. “Nunca he oído nada al respecto. No sé de qué predican ni de qué trata esta religión, pero puedo decirles que la forma en que me han recibido aquí me dice todo lo que necesito saber. Estoy muy agradecido y muy contento”.

Luis, 63, an immigrant from Honduras, is currently sheltering in place at Kehilla Community Synagogue in Piedmont.
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NEAT Stories

Volunteer Opportunity: Nueva Esperanza Preschool

Immigrant Preschool Looking for Volunteers

Born out of an Interfaith Movement for Human Integrity NEAT (Nueva Esperanza Accompaniment Team) in 2015, the Nueva Esperanza Sunday Preschool uniquely serves children from the indigenous Mam culture from Guatemala, ages 3-5 years. Volunteers prepare the children to learn English and enter kindergarten by engaging the children through play, art, story time. The volunteers want the children to feel loved and welcomed while applauding the fact that they are quickly becoming trilingual. Nueva Esperanza Preschool is currently in need of volunteers to keep this preschool thriving. If you would like to volunteer at least one Sunday a month, from 3-5 in the Fruitvale District of Oakland, CA, please email Mirtha Ninayahuar (a former NEAT team member!) at mirthan@sbcglobal.net

About Nueva Esperanza (New Hope) Sunday Preschool 

Nueva Esperanza Sunday Preschool in the Fruitvale District of Oakland, CA works to prepare children from the indigenous Guatemalan Mam culture, ages 3-5, to enter U.S. schools at the Kindergarten/First Grade level with at least average levels of expected knowledge that will enable them to receive and benefit from the curriculum in kindergarten. 

The preschool volunteers work with the children on the English language, early literacy concepts, early math concepts, and names of colors and shapes. We have story time, music activities led by a music teacher, as well as playtime and art. We provide healthful snacks, toothbrush kits, books and book bags. Our graduating children receive backpacks with school supplies. 

Our purpose is to engage with the children to show them that they are loved and welcomed and applaud the fact that they are quickly becoming trilingual.

The preschool meets every Sunday from 3-5 at the Iglesia de Dios (Church of God) at 4500 International Blvd.

Financial Support

In 2015 the Interfaith Movement for Human Integrity’s, Reverend Deborah Lee; First Congregational Church of Berkley member, Dr. Victoria Purcell- Gates; Skyline Community Church Co-chair of Justice & Witness, Mirtha Ninayahuar; and Iglesia de Dios Pastor, Adolfo Gomez, applied for and received a Rainin Foundation grant focused on supporting language and literacy development for Oakland’s children 0-5 years old at places of worship.

The First Congregational Church of Berkeley provides funds for preschool supplies. In 2019, the United Church of Christ and the United Lutheran Church of Oakland awarded grants to the preschool. Donations in the form of school supplies and snacks are also received from the faith community and volunteers.

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Accompaniment NEAT Stories

A Sincere Thank You: Enard and Gisela, Sha’ar Zahav, Kehilla, and Keneset HaLev

Enard, Gisela, and their team lead and their team translator

Teams from Congregation Sha’ar Zahav, Kehilla Community Synagogue, Keneset HaLev met at our NEAT ccompaniment training, and enthusiastically joined together to create a complete team. During just one month of accompaniment, they worked together to accomplish so much! The two children have enrolled in school, parents have found full-time work, and been connected to local clothing and food banks. Their congregations has been instrumental in finding emergency hospitality housing as a congregation member stepped up and shared her home with the family for three weeks over Thanksgiving. Without her generosity, this family would have spent their meal in a shelter. One team member reflected: while the team members are walking alongside the family, they do so “with backing, warmth, and enthusiasm as part of a larger congregational community…help is ready and waiting with fundraising, donating, inviting the family to activities, connecting with resources” and cultural exchange. As Jewish congregations walking together with a Christian family, they are all growing richly as they learn from and experience life with each other.

When the six months of the NEAT program concluded, Enard, a skilled photographer and graphic designer, created this “Thank You Letter” to share his gratitude.

Enard and his family have been accompanied by a team from Congregation Sha’ar Zahav, Kehilla Community Synagogue, and Keneset HaLev since November, 2019. Enard is a skilled photographer and graphic designer, and he created this “Thank You Letter” to share his gratitude.

Translation:

Translation: Hello, my name is Enard. I’m Honduran by birth and I currently reside in San Francisco. A year ago, I found myself needing to leave my country with my wife Gissela, my 14 year old daughter Ximena, and my son Andree, 10 years old. For me and my family it has been very difficult to leave behind everything we had (which we had achieved with great sacrifice during our 15 years together) to save ourselves from being extorted, and after our lives were threatened by gangs and corrupt police. We left everything behind to come to the United States to seek asylum. The beginning of trying to start a new life in another country has been very difficult due to different customs, lack of knowledge, language barriers that we faced. In another country, the simplest task can become a challenge. Processing papers, finding the right word, knowing which bus to take, how to find work. There were always moments of despair and anguish because we had nowhere to live, to eat, and we didn’t have a job. But, we found a light on our way when we found the Nueva Esperanza which has given us great unconditional support. We have a great team who has taught us that being an undocumented asylum seeker is not that difficult. So I am grateful to the angels that GOD has put in our way. Thanks for giving us a roof over our heads, and most importantly, thanks for giving us a New Hope to Live.

They created this video together to obtain a grant to support their congregation’s involvement in immigrant advocacy.
Enard, Gisela, and their family in San Francisco

Learn more about Interfaith Movement for Human Integrity’s Nueva Esperanza Accompaniment Team program.